El amor, para vivir, pide su propio tiempo y espacio. Si no los tiene, si sólo te ocupas en otras cosas: ¿dónde y cuándo va a poder vivir tu amor?
Fragmento Original
“Este camino es cuestión de tiempo. El amor necesita tiempo disponible y gratuito, que coloque otras cosas en un segundo lugar” (La alegría del amor, n. 224)
Comentario
El tiempo y el espacio… son el escenario de la vida del ser humano. El amor conyugal necesita de un tiempo y un espacio para ocurrir, para ser vivido.
Tiempo para hablar, tiempo para abrazarse, tiempo para compartir proyectos, para escucharse, para mirarse a los ojos no al reloj, para valorarse y estimarse, para ayudarse mutuamente, para elogiarse y así fortalecer la relación. Es clave conseguir el tiempo que se comparte con el amado, elegir los espacios de la intimidad, para así darnos compañía, confianza y unión profundas.
Muchas soledades, decepciones, tristezas, faltas de confianza, distanciamientos, incomunicación… vienen de “la falta de tiempo compartido juntos, sólo entre nosotros”. Si al amor conyugal no les das su tiempo y su espacio, cualquier otra ocupación os separará, incluida la atención a los hijos y a otros familiares. ¡Atención al tiempo y espacio conyugal! Sin ese aire, sin su atmósfera, más pronto que tarde os alejareis y, en vez de íntimos cómplices, os volveréis un extraño el uno para el otro.