Esperar contra toda esperanza

Esperar contra toda esperanza

César Chinguel

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El amor, cuando más íntimo y profundo es, tanto más respeta la libertad, los tiempos y espacios propios, que el amado necesita para abrirse y corresponder.

Fragmento Original

“Amar también es volverse amable, y allí toma sentido la palabra asjemonéi. Quiere indicar que el amor no obra con rudeza, no actúa de modo descortés, no es duro en el trato. Sus modos, sus palabras, sus gestos, son agradables y no ásperos ni rígidos. Detesta hacer sufrir a los demás. La cortesía «es una escuela de sensibilidad y desinterés», que exige a la persona «cultivar su mente y sus sentidos, aprender a sentir, hablar y, en ciertos momentos, a callar». Ser amable no es un estilo que un cristiano puede elegir o rechazar. Como parte de las exigencias irrenunciables del amor, «todo ser humano está obligado a ser afable con los que lo rodean». Cada día, «entrar en la vida del otro, incluso cuando forma parte de nuestra vida, pide la delicadeza de una actitud no invasora, que renueve la confianza y el respeto […] El amor, cuando es más íntimo y profundo, tanto más exige el respeto de la libertad y la capacidad de esperar que la otra abra la puerta de su corazón “(La alegría del amor, n. 99)

Comentario

Quien ama espera. Es paciente con la correspondencia de su amado. Se entrega sin condiciones, pero espera con delicadeza que la persona amada abra su corazón.  Esto requiere estar pendiente del otro(a), mirar su mirada, vivir en la intimidad los estados de ánimo de quien se ama. Dejarle ser, con sus tiempos y espacios. Comprender, escuchar, callar amablemente por amor.

Una experiencia intensa y profunda se nos presenta cuando uno de los cónyuges enferma y requiere de cuidados especiales. El ser querido enfermo espera nuestro amor de una manera especial. Espera que el cónyuge sano le acompañe con ternura, sin mirarse el reloj, sin impacientarse, sin agresividad, sabiendo ponerse en el lugar del enfermo, de sus limitaciones, dolores y cansancios. En estas ocasiones de la vida hay una puerta abierta a que ambos esposos experimenten, en carne propia, que son ambos aquella una caroque anuncia el Génesis, ese entrañamiento afectivo que la ternura conyugal permite vivir a su unión.

Temáticas: Amor conyugal