Los novios se preparan para amar

Los novios se preparan para amar

Paul Corcuera

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La esencia de la vida es un constante aprender a amar. Y amar es amar a personas concretas, cercanas, cuyo bien y vida se nos vuelven más importantes que uno mismo. Fuimos creados por amor y para amar. Ese es el núcleo de una familia auténtica.  Tener más y más “cosas” –dinero, éxito social, poder–  a lo que damos tanta importancia, son espejismos que disipa el tiempo.

Fragmento Original

“En realidad, cada persona se prepara para el matrimonio desde su nacimiento” (La alegría delamor, n. 208)

Comentario

Hemos sido creados por amor y para amar, enseña la Iglesia. Por ello, se entiende que toda nuestra vida –desde que nacemos– está orientada a amar más, a amar mejor. Con razón San Juan de la Cruz en una de sus Consideraciones Espirituales nos puntualiza que al atardecer de nuestra vida nos examinarán en el amor. Será la única pregunta relevante. Pesamos, decía san Agustín, nuestro peso en la balanza del  amor.

Evidentemente, aunque somos los mismos que actuamos en el tiempo, no amamos igual cuando éramos niños, que cuando somos adolescentes, maduros o veteranos. El amor es aprendizaje constante que se encarna de maneras distintas al paso del tiempo.

Qué sana envidia dan esos abuelos que se miran tiernamente con aquellos ojos ya sin el brillo de los años mozos, que se tocan torpemente, pero con cariño, con unas manos gastadas por los años, se sonríen ligeramente, se mueven lentamente… ¡Cuánto hay que aprender de un amor así! Todas las vidas se han preparado para este momento culminante: el de una vida lograda de verdad.

Temáticas: Amor conyugal