Español
EnglishUna familia verdadera es un refugio amoroso y cálido, compañía y confianza de unos con otros. ¿Los primeros? Los esposos entre sí.
Fragmento Original
“La familia «ha sido siempre el ‘hospital’ más cercano». Curémonos, contengámonos y estimulémonos unos a otros, y vivámoslo como parte de nuestra espiritualidad familiar… Así, los dos son entre sí reflejos del amor divino que consuela con la palabra, la mirada, la ayuda, la caricia, el abrazo. Por eso, «querer formar una familia… es animarse a jugarse con Dios esta historia de construir un mundo donde nadie se sienta solo»” (La alegría del amor, n. 321)
Comentario
Según esto que dice Francisco, un punto de examen diario de la espiritualidad familiar podría ser: ¿He cuidado hoy a los míos? ¿He curado males? ¿He aliviado sufrimientos? ¿He ayudado a que nadie se sienta solo? ¿Habrá alguien que se esté sintiendo desatendido por mi culpa? ¿He vivido las manifestaciones del buen amor en mis actitudes y conductas: ¿la ternura, la afabilidad, la caricia, la mirada comprensiva, la escucha atenta, la sonrisa…? Piensa: ¿cómo sería tu familia si cada uno se hiciera cada día ese examen y mejorase en lo que fuera necesario?
