Sin los amores familiares, el mundo sería un infierno

Sin los amores familiares, el mundo sería un infierno

Mariana Stevenazzi

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¿Qué sería de una sociedad sin familias estables, sin unión de amor entre los padres, sin engendrar hijos, sin criarlos y educarlos, sin la experiencia del amor en el hogar, sin vínculos de amor incondicional desde el nacimiento hasta la muerte?

¿Qué sería de ti?

Respuesta:

Sin los amores familiares, el mundo sería un infierno, el de los muertos en vida, donde sólo importaría el poder de la fuerza y el uso utilitario de unos sobre los otros. ¿El amor? En un mundo sin familias, no tendría sitio ni sentido.

Fragmento Original

“El actual sistema económico produce diversas formas de exclusión social. Las familias sufren en particular los problemas relativos al trabajo. Las posibilidades para los jóvenes son pocas y la oferta de trabajo es muy selectiva y precaria. Las jornadas de trabajo son largas y, a menudo, agravadas por largos tiempos de desplazamiento”. (La alegría del amor, n.44)

Comentario

Una sociedad que quiere ser humana, digna de las personas, es una sociedad que cuida de sus familias. Ellas humanizan la entera sociedad mediante sus hogares cálidos y sus amores incondicionales y para toda la vida.  Esta humanización no es fácil. Las familias consiguen esos frutos mediante el esfuerzo, el sacrificio, la abnegación, la constante y fiel esperanza de los esposos, padres y abuelos a favor de las nuevas generaciones.

Es necesario que todos los agentes sociales promuevan la familia y posibiliten la vida y sostenimiento familiar. Apoyo económico, salarios justos, oportunidades de trabajo dignas, horarios de trabajo adecuados o flexibles, posibilidad de media jornada o trabajo desde casa son algunas formas concretas de promoción de la familia. Tanto el Estado, como las empresas y el tercer sector deben ser conscientes del rol esencial que cumplen en este sentido. Las instituciones tienen el poder de crear las condiciones favorables que una familia necesita para ser y vivir lo que es. En realidad, la familia auténtica, la amorosa, la estable y fuerte, es el mayor factor revolucionario para una sociedad justa y humanizada.

Temáticas: Familia