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EnglishNo esperes leer un libro para ya saber amar. El amor real no es una idea, ni el texto de un manual. El amor pensado o el leído… no ama. Se aprende de los que se aman, de los que lo viven de veras en el día a día. De los que, enteros y sinceros, son para los demás dones de sí y acogida en sí.
Si tienes una buena familia, que se ama, tienes la mejor escuela del amor. La experiencia en vivo y en directo.
Fragmento Original
“Otras veces, hemos presentado un ideal teológico del matrimonio demasiado abstracto, casi artificiosamente construido, lejano de la situación concreta y de las posibilidades efectivas de las familias reales. Esta idealización excesiva, sobre todo cuando no hemos despertado la confianza en la gracia, no ha hecho que el matrimonio sea más deseable y atractivo, sino todo lo contrario.” (La alegría del amor, n. 36)
Comentario
Cuando pienso en el matrimonio y en la familia, recuerdo el hogar en el que he crecido. He visto a mis padres quererse, sacar adelante la familia, pasar algunas penurias, disfrutar momentos juntos, discutir un poco, perdonarse mucho. Han sido como un libro viviente, real, no abstracto, del que mis hermanos y yo hemos ido aprendiendo. Gracias a esta experiencia de amor familiar, tengo en mi corazón y en mi razón el matrimonio como una realidad deseable, posible, buena y hermosa. Porque lo he visto en vivo. Porque lo he tocado con mis manos desde niño.
