La paciencia del amor

La paciencia del amor

Renata Coronado

EspañolEspañol | English English

No te amo porque eres perfecto y sin defectos. Te amo porque eres tú.  Porque tú eres mi esposo o mi esposa, mi padre o mi madre, mi hermano, mi abuelo o abuela, mi nieto. Con tus características humanas, tus virtudes y defectos, tus talentos y tus limitaciones. Como también las tengo yo.  Ese aceptarnos como somos nos ha descubierto el tesoro de la paciencia recíproca.

Fragmento Original

“Esta paciencia se afianza cuando reconozco que el otro también tiene derecho a vivir en esta tierra junto a mí, así como es” (La alegría del amor, n. 92)

Comentario

En la convivencia dentro de mi familia he tenido que tratar con caracteres y personalidades muy diversas. Somos cinco hermanos y muy diferentes entre nosotros. Es lo normal.

Recuerdo muchas veces mi propia intolerancia frente a las actitudes y reacciones distintas de mis hermanos en una determinada situación, o porque no actuaban como yo esperaba. En el fondo quizás estaba exigiéndoles que sean como yo, en un arrebato arrogante de creerme mejor, ciega a mis propios defectos. Como todos, no nací maestra, sino aprendiz y con muchos errores.

Pero si quiero amarles bien y de verdad –y eso es lo que quiero– debo reflexionar antes que juzgarles, tratar de entenderlos y aceptar que no siempre estaremos de acuerdo, que no siempre responderán como yo quisiera. Ellos tienen derecho a su diferente forma de ser, a su personalidad, a sus espacios y tiempos. Cuando me dispongo a ese respeto y lo cumplo, me nace una paciencia interior. Es la paciencia del amor. Me recuerda que no soy el canon perfecto y único que mide a los demás, que no soy un ser superior y libre de miserias. También tienen que tener una enorme paciencia conmigo. El buen amor debe llevarme a ayudarles a mejorar, sí, pero con una actitud humilde, ofreciéndome a su libertad, jamás humillando, y aceptando que yo también tengo mucho por mejorar.

Sin dejar de ser imperfectos y limitados, el hecho de amarnos auténticamente ya nos mejora.

Temáticas: Paciencia