El amor nos hace ser pacientes

El amor nos hace ser pacientes

Rosario García Naranjo

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¿Qué es la paciencia del amor? A diferencia de la común, la paciencia amorosa no sólo soporta, sin amargura, las molestias que nos causan los demás, sino que persiste queriendo, con tierna misericordia y esperanza, a pesar las molestias, defectos y limitaciones que seguirán teniendo los amados. Por eso, quien por amor es paciente está alegre en vez de triste. El amor no cansa, ni se cansa.

Fragmento Original

“La reacción interior ante una molestia que nos causen los demás debería ser ante todo bendecir en el corazón, desear el bien del otro, pedir a Dios que lo libere y lo sane”. (La alegría del amor, n. 104)

Comentario

Recuerdo lo que me comentó una persona en la consulta: “nunca me gustó la enamorada de mi hijo. No tenía buena información sobre ella y al conocerla confirmé lo que sabía. De ella recibí siempre un trato seco, frío, las palabras indispensables para guardar la buena educación. Me costó mucho, pero comencé a pensar en sus cualidades –nadie es de color negro completamente–, comencé a mirarla con otros ojos y sobre todo a pedirle a Dios por ella para que dulcificara su forma de ser, para que pusiera empuje en su trabajo, en su profesión.”

La paciencia del amor da tiempo al tiempo, prolonga la esperanza.

Tendemos a apartarnos, a cerrarnos ante las personas que nos causan molestias cuando más bien lo que debemos hacer es abrirnos hacia esa persona, tener pequeños detalles de cariño con ella. Lo que hace crecer nuestra capacidad de amar es aceptar con serenidad esas molestias y pedir a Dios para que esa persona corrija sus defectos. Pero, mientras se pide a lo Alto, hay que mantener la paciencia del amor y abundar en detalles de cariño y afabilidad. A veces no es Dios quien no nos escucha. Es el otro, el frío y agrio por quien rezamos, el que no escucha a Dios. Pero, como el Espíritu inspiró a san Pablo, el amor todo lo puede y para Dios nada es imposible. Parece ser que al Espíritu le gusta que seamos pacientes con Dios, no sólo con el prójimo. Dale su tiempo al Espíritu, No te impacientes. Confía en el poder del Amor. No sea que a ti te estén probando si tienes o no esa paciencia y confianza en el Amor.

Temáticas: Paciencia