Mirar con ternura y comprensión

Mirar con ternura y comprensión

Rosario García Naranjo

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Una mirada amorosa, llena de ternura, es la ganzúa que te abre su corazón. La mirada indiferente, fría o despectiva le cierra como una caja de caudales.

Fragmento Original

“Para disponerse a un verdadero encuentro con el otro, se requiere una mirada amable puesta en él. Esto no es posible cuando reina un pesimismo que destaca defectos y errores ajenos, quizás para compensar los propios complejos. Una mirada amable permite que no nos detengamos tanto en sus límites, y así podamos tolerarlo y unirnos en un proyecto común, aunque seamos diferentes (La alegría del amor, n.100)

Comentario

Han llevado al depósito el carro del padre de Gustavo. Gustavo lo sacó sin permiso para ir a una reunión con los amigos. Tomó más de la cuenta. La policía le detuvo para un control y se dieron cuenta que había bebido. Infracción grave. No hay nada que hacer. El carro al depósito. Su padre paga la multa y regresa a casa con el carro. Gustavo está muy avergonzado y no puede mirar a los ojos a su padre. Sin embargo, el padre le levanta con cariño la cabeza y sólo lo mira. Gustavo entiende: “Te perdono, pero tenemos que hablar, esto no puede repetirse”. No se escuchó palabra, pero los dos se habían comunicado y comprendido,y se zanjó el momento difícil.

Es a través de la mirada amorosa que se abre nuestro corazón y expresamos con confianza lo que tenemos adentro. Al mirar amablemente al otro traslucimos no sólo cariño y acogida hacia él, sino también esperanza. Esperanza de unirnos a él y de caminar juntos, aunque seamos diferentes. La esperanza de que, por encima de las diferencias, demuestra que está nuestro cariño.

En cambio, la mirada fría, pesimista y despectiva, trasluce un almacén de reproches, por ser distinto, por sus errores, por sus defectos, porque nos hizo pasar un mal rato, porque no nos gusta cómo es. La mirada pesimista abre una zanja que divide dos caminos diferentes, construye desunión. También trasluce un sentimiento de superioridad frente al otro: “no entiende”, pensamos, “no está a mi altura”, “es tonto y no tiene remedio; comunica desprecio: “no termino de perdonarlo, no va a cambiar, no se lo merece, pierdo mi tiempo”. Si tú no tienes esperanza en ellos, tampoco tienen esperanza en ti. Y amores sin esperanza ¿qué son? Cenizas.

¿Quieres encender los rescoldos de tus amores familiares? Pon ternura en tu mirada. Calor en tu corazón. Sopla esas brasas. Persevera. La zarza volverá a arder.  Y esta vez, si es amor lo que arde, no os calcinará.

Temáticas: Vida familiar