Compromiso de compañía y de ayuda

Compromiso de compañía y de ayuda

Rosario García Naranjo

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Hay vampiros y sanguijuelas, que no son fantasías literarias, tipos que sangran a sus familias. ¡No seas ese vampiro ni sanguijuela!

Fragmento Original

“(La familia) puede convertirse en un lugar de paso, al que uno acude cuando le parece conveniente para sí mismo, o donde uno va a reclamar derechos, mientras los vínculos quedan abandonados a la precariedad voluble de los deseos y las circunstancias” (La alegría del amor, n.34)

Comentario

Los vínculos familiares pueden debilitarse cuando el egoísmo va tomando una presencia mayor entre las personas. La casa puede convertirse en un alojamiento donde se prestan servicios de limpieza, comida; los padres pueden pasar a ser los proveedores que obligatoriamente prestan esos servicios, además de pagar educación, vestido y propinas; la familia puede pasar a ser un conjunto de personas que viven juntas y que con suerte comparten algunos momentos.  Cada uno va a la suyo y no se ven como un “nosotros”, como un equipo en el que cada uno se preocupa por todos, en el que se colabora de acuerdo con las posibilidades.

Una relación familiar no es sólo disfrutar de los servicios de tu padre y de tu madre. No es usar un mismo domicilio, colonizando todos sus espacios. No es aprovecharse de tus familiares, abusando de su cariño, benevolencia y generosidad. Un hogar familiar es un compromiso de compañía y de ayuda entre todos, alimentando los diversos vínculos de amor con las conductas de cada día, para conservarlos, desarrollarlos, solucionar problemas, afrontar juntos las dificultades, y curar sus fricciones.

¿Vives, como pesada y pasiva mochila, sobre las espaldas de tus familiares?  ¡No seas vampiro, ni siquiera sanguijuela¡¡Ponte a tu familia, por y con amor, sobre tu espalda y en tu corazón!

Temáticas: Vida familiar