La oración y el matrimonio

La oración y el matrimonio

Carlos E. Guillén

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Nada más poderoso, nada más sabio, que pedirle a Dios Trino, que es Amor, que sostenga vivo el amor de los esposos. Dios se enternece con su oración conjunta. Y los arropa con su Espíritu.

Fragmento Original

“No sería bueno que se llegue al casamiento sin haber orado juntos, el uno por el otro, pidiendo ayuda a Dios para ser fieles y generosos, preguntándole juntos a Dios qué es lo que él espera de ellos.” (La alegría del amor, n. 216)

Comentario

Leer estas palabras de Francisco me hacen preguntarme: ¿cuántos novios, que vienen a nosotros para preparar su matrimonio, son hombres y mujeres que rezan por la vida de su amor? Pienso en todas aquellas parejas que están ya tomando decisiones que orientarán establemente su futuro. Si los pastores, para entonces, no los hemos descubierto el enorme poder ante Dios de confiarle la vida de su amor, estamos llegando tarde. Pero, ¿entienden ellos mismos, en esos años de juventud, la absoluta necesidad que tienen de encomendar a Dios el destino de su amor? ¿Han aprendido a rezar juntos como novios que se aman? Siempre estamos a tiempo para empezar (¡aunque sean un matrimonio veterano!). Pero si alguien está en esos años jóvenes, lo animo a preguntarse con su pareja: ¿sabemos rezar juntos, sabemos pedirle a Dios que cuide de nuestro amor y que nos enseñe a amarnos mejor? ¡Estamos a tiempo