Familia hecha a semejanza de Dios

Familia hecha a semejanza de Dios

Mariela Briceño

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Familia sé tú misma.

Fragmento Original

“… La familia es imagen de Dios, que (…) es comunión de personas. … En la familia humana, reunida en Cristo, esta restaurada la <<imagen y semejanza >> de la Santísima Trinidad (cf. Gn 1,26), misterio del que brota todo amor verdadero.” (La alegría del amor, n. 71)

Comentario

La necesidad de que la familia retome su ser y su “deber ser” hay que trabajarlo. Es una semilla verdadera, sin duda, pero que se debe abonar y cuidar para que florezca en toda su potencia. Sin cuidados, la semilla puede marchitarse y secarse. La familia vista como imagen de Dios Trino es algo muy grande. Ese es el sello, la imagen y semejanza de Dios, la inmensa semilla, que cada familia, desde su núcleo matrimonial, contiene adentro.

Comprenderlo, a medida que nos esforzamos por vivirlo cada día, y hacer que las personas descubran la grandeza de poder ser, al mismo tiempo cada uno de nosotros, el que ama y se da, el amado que acoge, y la unión que la correspondencia engendra en nosotros, a imagen y semejanza del amor de la Trinidad del Padre por el Hijo en el Espíritu Santo. Es una revelación fascinante y definitiva.  Inunda de luz y sentido la vida de cada familia en todos y cada uno de sus vínculos amorosos. A veces no sabemos, y no valoramos, el tesoro que como matrimonio y familia tenemos entre las manos. Y si lo desconocemos ¿cómo vamos a vivirlo?