El amor es comunicación entre personas de su intimidad. Y amar es comunicarse ese interior una y otra vez. Si amas, no te rendirás. De la misma forma que amar se aprende amando, comunicar se logra y mejora comunicándose hoy, aquí y ahora, y mañana, y todos los días. Da y acoge en confianza. Cosecharás compañía real.
Fragmento Original
“con un reparto equitativo de cargas, responsabilidades y tareas […] Al valorar más la comunicación personal entre los esposos, se contribuye a humanizar toda la convivencia familiar” (La alegría del amor, n.32).
Comentario
Mi experiencia en el trato con matrimonios y padres es que actualmente no es fácil que encuentren espacio o tiempo para comunicarse de manera “personal”. El síntoma tiene su peligro, porque el amor se vive comunicándose las personas lo que tienen y les ocurre en su intimidad. La falta de comunicación separa y acarrea la muerte del amor. Su remedio -como dice el papa Francisco- es una comunicación personal: de lo que tenemos adentro o “intimidad”, que sea don y acogida, abierta, sincera y sencilla, generosa y habitual.
En la familia, la práctica de la comunicación personal ha de empezar en los esposos. Si ellos hablan, se cuentan la vida y sus preocupaciones, y se comunican bien sus sentimientos, gracias a su ejemplo, estarán en condiciones favorables, por habituales, para hablar con sus hijos, para tener comunicación íntima y confidencial. Mediante el hábito de la comunicación en familia, los padres transmitirán datos, información, conocimiento, experiencias y sabiduría acerca de la vida. El hábito de la comunicación personal en familia crea confianza, seguridad, consuelos y compañía.
No permitas que la falta de comunicación os distancie. Busca cómo y cuándo hablar. Sin perezas. Sin miedos. La calidez, el respeto, la sencilla claridad y la ternura son tus infalibles embajadores. Y cuando estén delante uno del otro: ¡sólo dilo! ¡Lo que te bulle dentro! Y, además, ¡escúchalo, no sólo oigas para replicar! ¡Ponle ternura al contar y al escuchar, la que te gustaría que tengan contigo!