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EnglishDescubre el matrimonio real. Sin eufemismos. Ni cuento de hadas, ni sueño imposible, ni cementerio sentimental. Los jóvenes estamos hartos de manipulaciones. Queremos verdades reales y fuertes. Cuando el matrimonio se presenta con realismo, más profundamente humana y más fascinante es su historia de amor. Nada más atrayente que su verdad pura y dura.
Fragmento Original
“Necesitamos encontrar las palabras, las motivaciones y los testimonios que nos ayuden a tocar las fibras más íntimas de los jóvenes, allí donde son más capaces de generosidad, de compromiso, de amor e incluso de heroísmo, para invitarles a aceptar con entusiasmo y valentía el desafío del matrimonio.” (La alegría del amor, n. 40)
Comentario
Cada matrimonio afronta el reto de conservar la vida de ese amor que han engendrado, de hacerla crecer, de restaurar sus cansancios y heridas. Juntos, marido y mujer, deben navegar los océanos de la vida, sus calmas y sus tormentas, la fortuna y la desgracia, la salud y la enfermedad, y así descubrir la alegría de tenerse uno al otro frente a cualquier problema, noche o soledad.
Ver a los que se aman, “en modo combate codo a codo” por la vida de su amor frente a toda adversidad y peligro que amenace su unión…, es glorioso. Pura belleza y grandeza humanas.
Somos la generación actual –los jóvenes de hoy– muy capaces de hacer opciones definitivas, aunque se diga de nosotros lo contrario. Tenemos sed de amar y ser amados de verdad. Sin falsedades, ni sustitutos. No tenemos miedo al compromiso, el problema es que no entendemos lo que significa. Nos han mostrado el matrimonio como una atadura, como la pérdida de nuestra libertad, a veces como una empresa destinada al fracaso. Necesitamos verlo como lo que realmente es: un desafío de amor, por amor, por el que, juntos, vale la pena jugarse la vida. El único desafío que garantiza aprender a amarse de manera real y fuerte.
