Acompañar al amor lastimado

Acompañar al amor lastimado

Rosario García Naranjo

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¿Por qué el samaritano fue bueno y ejemplar? Porque amó al malherido y abandonado en las cunetas de la vida. ¿Qué haces, si amas? Acompañas, ayudas, alivias, curas. No aprovechas para condenar, abandonar o rematarle.

Fragmento Original

“Aunque siempre propone la perfección e invita a una respuesta más plena a Dios, la Iglesia debe acompañar con atención y cuidado a sus hijos más frágiles, marcados por el amor herido y extraviado, dándoles de nuevo confianza y esperanza, como la luz del faro de un puerto o de una antorcha llevada en medio de la gente para iluminar a quienes han perdido el rumbo o se encuentran en medio de la tempestad” (La alegría del amor, n. 291)

Comentario

A veces, con aparente buena intención, cometemos errores conyugales y familiares de nefastas consecuencias. Os cuento uno frecuente. El pasar todo tu tiempo trabajando para la familia…, a costa de desatender a tu propia familia., no teniendo tiempo para ella.

En la consulta, Susana habla de los errores de Jorge, como esposo y padre: “Fue un alumno excelente tanto en el colegio como en la universidad. Siempre tuvo buenos puestos de trabajo. Su preocupación constante ha sido poder dar de todo a su familia. Nos ha dado de todo lo material, tenemos una muy buena posición, ahorros familiares… pero muchas veces a costa de su presencia en casa. Nos ha dado cosas, pero no su presencia. Trabajando por la familia, ha descuidado la propia familia.”

“Nos quiere, sí, pero a su manera. Hubiéramos querido que fueran más las veces en que él estuviera presente en la casa. Fue un padre ausente, bien porque tenía que trabajar, porque llevaba trabajo a la casa, por reuniones de trabajo o por viajes de trabajo. Nuestros hijos y yo hubiéramos querido verlo y convivir más con él. Todo esto con el agravante que cuando nos dedicaba tiempo lo que hacía era “pasar revista”, “pedir cuentas” y exigir, a mis hijos y a mí, poniéndose él de ejemplo. No ha sido fácil la vida a su lado. Creo que cualquier otra mujer hubiera dado por terminado el matrimonio si no fuera porque he tratado de estar cerca de Dios, he encontrado acogida en la parroquia, en consejeros matrimoniales que me han escuchado y me han ayudado a tener esperanza y a dar esperanza a mis hijos. Porque me han enseñado a perdonar, y a enseñar a mis hijos a querer y respetar Jorge como es”

“Cuando amas, no te aprovechas de los errores para derrotar a tu marido o esposa, para humillarlo delante de los hijos, para vencerle y arrinconarle. Los errores se pueden corregir, si estamos abiertos, conversamos, no nos insultamos, ni recriminamos, sino que nos ayudamos”.

Temáticas: Paternidad