Cuida tu alegría

Cuida tu alegría

Rosario García Naranjo

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¡Estoy embarazada! No consiento que nada, ni nadie me quite la alegría de ser madre. Ese hijo que llevo adentro, por encima de cualquier circunstancia, es un regalo de Dios. Abre a mi vida de mujer a mil capítulos nuevos. De amor, de compañía, de calidez y ternuras, de desprendimiento y abnegación, de sabiduría.

Fragmento Original

“A cada mujer embarazada quiero pedirle con afecto: Cuida tu alegría, que nada te quite el gozo interior de la maternidad. Ese niño merece tu alegría.” (La alegría del amor, n. 171)

Comentario

Hoy, a las mujeres, no siempre nos viene la maternidad dentro de un matrimonio, con un marido que nos ama, atiende y protege.  Por eso, tal vez para muchas a quienes no conozco, quiero contarles este caso. Sandra es soltera. Ha comunicado a su familia que está esperando un bebé. Inmediatamente después de la sorpresa inicial, sus padres y sus hermanos le han dado ánimos, le han asegurado que tiene todo el apoyo para que ese niño nazca fuerte, sano y que ya lo quieren mucho.

Me alegró conocer a Sandra. Me dio una alegría al ver que llevaba su embarazo con ilusión a pesar de que era la prueba más dura en los pocos años que había vivido. Desde el primer momento su hijo fue su preocupación: qué podía comer para que su hijo estuviera bien, chequeos médicos a tiempo, tomar las vitaminas necesarias, no tomar determinados medicamentos por si fueran hacerle daño al bebé.

A pesar del dolor de estar sola, nunca perdió la alegría de ser madre, de pensar con ilusión en el hijo que iba a nacer. Ella había entendido que ese hijo que llevaba era un regalo de Dios y ella, una colaboradora de Dios. Ese hijo le cambiaría la vida, le daría un nuevo sentido, razones para amar y para vivir. Compañía contra la soledad. Con su hijo, se abrirían cien capítulos nuevos, fascinantes, intensos, desde hoy hasta la muerte.

Temáticas: Maternidad