Español
EnglishNuestros abuelos son las raíces de los amores de mi familia. Mis abuelos son los primeros que nos amaron a todos.
Fragmento Original
“Una familia que no respeta y atiende a sus abuelos, que son su memoria viva, es una familia desintegrada; pero una familia que recuerda es una familia con porvenir” (La alegría del amor, n. 193)
Comentario
He tenido el privilegio de conocer a mis cuatro abuelos durante varios años. He podido compartir con ellos gratos momentos y también situaciones difíciles. Gracias a ellos hoy puedo reconocer que los abuelos tienen esa fuerza para reunir a la familia, para recordar la historia que comparten y los lazos que unen a sus miembros. Ellos son, en la familia, la memoria viva de todos nuestros amores. Porque ellos son los primeros que nos amaron a todos.
Ahora valoro más los relatos que me han contado mis abuelos sobre sus vidas, las anécdotas que les han sucedido, las dificultades que han sufrido. Todo constituye un tesoro valiosísimo, como un patrimonio de sabiduría propio de mi familia.
Al convivir con ellos, disfrutando cómo quieren a todos, me nace adentro una seguridad profunda. No vengo de la nada, del azar casual, del anonimato. Provengo de personas concretas y de su amor. Mis abuelos engendraron a mis padres. Y mis padres me engendraron a mí. También a mis abuelos los engendraron sus propios padres. También ellos tenían abuelos. Entonces comprendo que en mi existencia hay una genealogía de personas que se amaron y que me amaron primero, antes de que naciera y pudiera corresponderles.
