Amor de hermanos

Amor de hermanos

Renata Coronado

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¿Mis hermanos? El mejor regalo que me han hecho mis padres.

Fragmento Original

“Tener un hermano, una hermana que te quiere, es una experiencia fuerte, impagable e insustituible” (La alegría del amor, n. 195)

Comentario

Los hermanos son la gran experiencia, ya desde el seno de la familia, de respeto a la diferencia, pero también a la igualdad. Un aprender a evitar discriminaciones y privilegios, siendo todos iguales como hermanos e hijos de los mismos padres. Nadie es mas hijo, ni más hermano que los demás, pero cada uno tiene su propia personalidad y talentos.  Un milagro para la madurez humana, que nos servirá para vivir la fraternidad -la libertad desde la igualdad-  en nuestra condición de ciudadanos en una sociedad democrática avanzada.

El aprendizaje de la fraternidad es arduo, pero imprescindible para madurar. Haber tenido que convivir durante tantos años con cuatro hermanos no ha sido fácil. La diferencia en nuestras personalidades e intereses, orden y desorden en un mismo cuarto, ruido y silencio en una misma casa, peleas, discusiones, juegos, llantos y risas.

Y, sin embargo, es algo que no cambiaría. No sustituiría o suprimiría de mi vida a ninguno de mis hermanos, porque no la imagino sin alguno de ellos. Hoy podemos recordar nuestras peleas y reírnos, quizás sigamos peleando un poco, pero sabemos que nos amamos a pesar de todo y que tenemos que aplicar mucha misericordia para seguir perdonándonos.

Nos hemos apoyado en momentos muy difíciles y así se ha probado nuestro amor de hermanos. Honramos a nuestros padres esforzándonos en llevarnos bien como hermanos. En estar atentos y dispuestos, con realismo y sinceridad, para ayudarnos en nuestras necesidades y apuros. Sabemos que un profundo disgusto para los padres es asistir a las discordias entre sus hijos.  El amor a nuestros padres, nos ayuda a ser buenos hermanos.

Temáticas: Fraternidad