Somos primero amados por Dios

Somos primero amados por Dios

Renata Coronado

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Si solo los perfectos pudieran amar y ser amados, nadie podría amar en este mundo

Fragmento Original

“Allí recordamos que esa persona que vive con nosotros lo merece todo, ya que posee una dignidad infinita por ser objeto del amor inmenso del Padre.” (La alegría del amor, n. 323)

Comentario

Mis hermanos, mi hermana, mi madre y mi padre, con todos sus defectos y fallos, son muy amados por Dios.

Cuando me impaciento con ellos, cuando mis ojos solo pueden ver todos sus defectos, es cuando más debo recordar esta verdad: que a pesar de todo aquel miembro de mi familia que me está desesperando es muy amado por Dios. ¿Quién soy yo entonces para pasar por encima de tal dignidad? Si un ser que es la perfección pura lo hace merecedor de su amor… ¿cómo yo, una criatura imperfecta y también llena de defectos, voy a negarle mi amor maltratándolo?

Y si pongo los enormes defectos y limitaciones, desde los que amo y soy amada, ante la presencia de Dios, pronto siento su Espíritu que me inspira para amar mejor a los míos. Por mi impaciencia, me descubre la paciencia. Por mi soberbia y terquedades, aprendo la humildad y la flexibilidad de la amabilidad. A mi desesperanza, se le abre esperanza. Y mis cansancios se alivian y mis fuerzas se refrescan. Poco a poco. Prueba y verás.

Temáticas: Valores y virtudes